Fecha: 15 de septiembre de 2015 – Actualizado: 15 de septiembre de 2015
Aunque el Coaching lleva años demostrando su eficacia en numerosas situaciones, para muchas personas ha sido el programa de televisión “La Voz” y sus coaches los que han servido para dar visibilidad a esta disciplina que se encuentra entre las nuevas profesiones de más rabiosa actualidad pero que no termina de tener su propia identidad. Su cercanía a otras disciplinas con las que se solapa confunde sobre sus virtudes, que las tiene y son muchas. Con el Coaching y la relación con nuestro coach descubrimos habilidades y recursos que están dentro de nosotros para conseguir objetivos que mejorarán nuestra vida. El Coaching nos ayuda a desarrollar nuestro potencial y a superar limitaciones. El Coaching no enseña, ayuda a aprender.
¿Qué es el Coaching?
Por Maika Cano. Las fotos de este reportaje han sido cedidas por ICF y las ilustraciones son cortesía de https://pixabay.com/en/users/geralt-9301/
Hay quien ha definido el Coaching como la madurez de la formación en liderazgo o en management. Para otros, el Coaching aporta las herramientas emocionales perfectas para reaccionar ante el vértigo de los continuos cambios en el mercado laboral. Sin embargo, para una gran mayoría, el Coaching pretende ser una nueva profesión pero es tan solo una disciplina con nombre nuevo que ha bebido de fuentes de toda la vida como la filosofía o la psicología. Disciplina, metodología o técnica, lo cierto es que el Coaching tiene ya un recorrido y un histórico de resultados importantes y una oferta considerable de profesionales que no estarían ahí si no hubiese detrás una fuerte demanda.
Como veréis, el Coaching tiene bien servida su propia polémica y se encuentra entre esas nuevas profesiones que han nacido en este siglo tan innovador: community managers, bloggers, wedding planners, personal shoppers… La batalla de los coaches por consolidarse es de las más cruentas por su continua lucha contra los que critican su falta de formación académica oficial, la superficialidad del método y su afán excesivo por conseguirse objetivos sólo a corto plazo, o la falta de controles de calidad en un sector tan heterogéneo. Sin embargo, existen datos que revelan un aumento continuo en el número de empresas que contratan los servicios de estos profesionales o que incluso acaban creando departamentos específicos con ellos en sus empresas.
Sería imposible que aquí en unas cuantas páginas pudiéramos contaros todo sobre esta disciplina. Sí que vamos a intentar perfilar qué es el Coaching y para qué sirve y que podáis valorar si un coach os podría servir en vuestra vida o si, por otra parte, os gusta como profesión y creéis que puede ser la vuestra en un futuro.
Vamos a empezar por el principio
La pregunta que casi todo el mundo se hace es: ¿qué es el Coaching realmente? A partir de ahí, otros interrogantes se suceden en cascada revelando unas dudas que quizás expliquen porqué al Coaching le cuesta consolidarse tanto como profesión: ¿para qué sirve exactamente un coach? ¿en qué se diferencia con un psicólogo o un consultor?
Entre las cientos de definiciones que hay sobre Coaching a mi me gusta especialmente la de Thomas Leonard: “Coaching es quien te despierta cuando estás dispuesto a escuchar tu propia alarma”. Pura subjetividad, lo se, pero me gusta. Sin embargo, si volvéis a leer el principio de mi párrafo, fijaos en lo que he dicho: “cientos de definiciones”. Y es que hay tantas maneras de definir el Coaching y enumerar para qué sirve que es imposible haceros aquí una selección. Y lo que es peor, es que en casi todas estas definiciones se tiende a decir lo mismo pero con diferentes matices, y en todas ella resuena como un mantra un amplio listado de términos que es inevitable relacionar con otras profesiones o disciplinas: objetivos, logros, capacitación, herramientas, mejora de competencias, éxitos, errores, motivación, evolución personal, disolución de obstáculos, crecimiento personal, enfoques, conciencia, elección, posibilidades, presente, futuro…
El problema que muchos se plantean es si esa amplitud de definiciones, aspectos e información sobre una misma disciplina no podría ser ya un indicativo de la falta de concreción de su concepto y realidad en general. Lo que no se ve claro desde un principio, no deja ver bien donde puede estar el final. Lo que no se concreta en su origen va a dar lugar a muchas interpretaciones después, con las consecuencias negativas que como vemos le está suponiendo.
Quizás la propia etimología de la palabra pueda ayudar a entender algo más la esencia del Coaching. Del verbo inglés to coach, que significa entrenar, el coach sería quien entrena y el coachee el entrenado o persona en entrenamiento. La RAE, en su última edición, recogía una acepción del término “coach” como la “persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo personal y profesional”. A esta acepción, la ICF (International Coach Federation) en España, ha solicitado una enmienda señalando que “el coach no asesora, el coach acompaña para que el cliente o coachee logre encontrar en si mismo lo que precisa”. Si nos quedásemos con esta acepción, el Coaching acompañaría a las personas para mejorar su desarrollo personal o profesional y para generar cambios ante carencias, situaciones o comportamientos negativos en sus vidas. Cuando el Coaching se traslada a grupos u organizaciones, lo que trataría es de desarrollar habilidades ejecutivas, potenciar el liderazgo y conseguir resultados y mejoras empresariales.
Para los que aún quieran ver el Coaching como una técnica más, complementaria a profesiones como la psicología o la consultoría, desde el sector se hacen algunas puntualizaciones: los psicólogos trabajan con pacientes con problemas, el Coaching ayuda a personas que lo que quieren es avanzar y mejorar aspectos de su vida personal o profesional. El Coaching trabaja con el presente de las personas, no con su pasado, y el enfoque es de futuro. El Coaching no da consejos ni pretenden ejercer de guía de la vida de nadie.
En general, el Coaching establece una relación entre dos personas, entrenador y entrenado, o entre un entrenador y un equipo, que puede durar de media entre 6 meses y un año. Esta relación se ejerce en base a conversaciones y se concreta en una metodología en base a preguntas -la tradicional mayéutica desarrollada por Sócrates- que permiten al coachee explorar en su interior, determinar su potencialidad y sus carencias, visualizar sus objetivos y el camino para obtenerlos, y conseguir mejorar o al menos incorporar a su vida compromisos de cambio.
Quiero ser Coaching
Si lo que has decidido es que en el Coaching podría estar tu futuro laboral, entonces lo que necesitarás saber es dónde formarte, cuáles serán tus tarifas y cual es la mejor manera de ejercer esta profesión. Lo único que debes tener claro es que por muy en serio que te lo tomes y te formes en consecuencia, vas a tener que competir, por ahora, con personas que se venden como coach pero que no tienen formación ninguna. Todas estas personas son el resultado de una amplia oferta de cursos, masters, talleres, etc. sobre la que no existe mucho control ni a la que se le exigen unos mínimos de calidad.
Y de nuevo llegamos a algunas de las realidades que más perjudican al Coaching: la cuestionada formación de sus profesionales, la falta de regulación académica y de certificaciones oficiales y, como consecuencia de todo ello, un gran intrusismo profesional. Numerosas escuelas, corrientes y metodologías de toda índole dan como resultado una proliferación de profesionales y empresas de Coaching que revelan un sector poco concreto o definido entre cientos de parámetros.
En España existen múltiples centros y escuelas para formarte en Coaching pero lo esencial es que estén certificados por organizaciones internacionales reconocidas como la mencionada ICF, u otras como AECOP (Asociación Española de Coaching Ejecutivo-Organizativo y Mentoring) http://aecop.net o ASESCO (Asociación Española de Coaching) http://www.asesCoaching.org. El hecho de que los cursos sean impartidos en colaboración con universidades o escuelas de negocios también es señal de calidad formativa. La mayor parte de la formación en Coaching suelen ser masters y cursos que marcarán una especialización y un complemento a carreras con un desarrollo más consolidado: psicología, empresariales, económicas, derecho…
El ICF ha marcado unas competencias clave para poder ejercer como coach y procura desde entonces garantizar unos estándares de calidad a la hora de acreditar coaches profesionales o programas de capacitación en Coaching. Sus acreditaciones no se otorgan de forma vitalicia sino que cada tres años deben ser renovadas, teniendo que incluir una experiencia demostrable. Cuenta además con un sistema de validación digital que permite comprobar de forma inmediata las credenciales del modelo ICF y la pertenencia a esta organización.
¿Necesitas un coach?
Los campos de aplicación del Coaching son numerosos. Lo único que hay que saber es qué se quiere cambiar o potenciar y tener ganas de hacerlo. Aunque los coaches puedan trabajar con las personas en cualquier momento, es en la época de cambios cuando más nos pueden ayudar a ver el camino correcto. Trabajar con un coach adelantándonos a una época crucial, asegura no solo el éxito sino también amortiguar una caída o controlar muchos obstáculos. De forma personal o para equipos, son numerosos los tipos de Coaching:
• Coaching personal. La mayoría de las personas que buscan un coach lo hacen para que les ayude en su desorientación laboral, mejorar habilidades o aumentar el liderazgo ante nuevas responsabilidades, pero también para afrontar una época de cambios a nivel personal.
• El Coaching ejecutivo es el rey en cuanto a trabajar el liderazgo. Jaime Bacás y Jorge Salinas recogen en sus “Encuestas de Mercado del Coaching Ejecutivo en España”, el que podría ser el perfil de estos coaches ejecutivos:
- Hombre/mujer mayor de 41 años, aunque la tendencia indica que la media de edad tiende a bajar.
- Reside y ejerce en Madrid.
- Tiene más de 3 años de experiencia de media.
- Ofrece otros servicios, en especial los de formación.
- Realiza más de 120 sesiones al año y lo hacen mayoritariamente en la modalidad individual y presencial.
La tarifa media se encuentra en torno a los 300 euros la sesión, en la que se trabaja el desarrollo de ventas, la integración en nuevos equipos/proyectos y la promoción profesional.
• En el Coaching organizacional, las protagonistas son las organizaciones, y en ellas se intenta mejorar el rendimiento de los trabajadores y su relación con los puestos directivos, facilitar la motivación y aumentar la implicación.
• El Coaching empresarial está demostrando su importancia cuando lo que se quiere es potenciar nuevos negocios, amortiguar las consecuencias en época de fusiones o para trabajar con los directivos ante transformaciones en la empresa.
Tras estos tipos principales, es infinito el listado de tipos de Coaching que existe según la especialización y los campos a trabajar: nutricional, deportivo, sentimental, educativo, espiritual, gerencial, laboral, para mujeres, de belleza, para pymes, para padres, de salud, político, para grupos de edades como los 30 o los 40, laboral para mujeres…Y si quisiéramos ir más lejos, debemos prestar atención a otros tipos de Coaching aún más especializados y donde no existe límite cuando se trata de mejorar nuestra vida, nuestras relaciones y nuestra posición en la sociedad: Coaching de vida, Cognitivo, Sistémico, Ontológico, De atracción, Transformacional, De Sombra…
Para el futuro, la tendencia apunta al crecimiento de empresas proveedoras de servicios de Coaching en detrimento de los coaches independientes, y una especialización por competencias. Como objetivos, uno claro y fundamental: consolidar la formación de forma oficial y ofrecer profesionales y servicios de excelente calidad.
¿Cuándo nació el Coaching?
De forma anecdótica, hay quien menciona a Sócrates como el primer coach de la historia por su método mayéutico a base de hacer preguntas al interlocutor, hasta que éste llegaba por si mismo a las respuestas a través de profundizar en lo esencial. Es evidente que el origen del Coaching es más actual, aunque no esté claro cuál es exactamente. Mucho más clara es su vinculación con fuentes tan variadas como la filosofía o la psicología, con tradiciones espirituales como el budismo o el sufismo, con la biología del conocimiento, con la lingüística, con la neurociencia…
Entre la amplia documentación que existe sobre el Coaching, mucha información acude a los 70, en EE UU, para centrar los primeros trazos de lo que podría ser esta disciplina que ayuda a los clientes a bucear en su interior para mejorar aspectos de su vida. Tras aquellos primeros conceptos centrados en las superaciones a nivel deportivo y representados en los conocidos coaches de los universitarios, muchas fuentes sitúan los 80 como la década que trajo el despunte y el comienzo del desarrollo de los hoy ya consolidados Coaching ejecutivo y empresarial.
La creación en 1995 de la International Coach Federation (ICF) http://www.icf-es.com/mwsicf/, supuso un antes y un después para aunar intereses y profesionales y consolidar este sector en continuo crecimiento. La ICF cuenta con 25.000 asociados en 113 países. En España está presente desde 2004 y cuenta con 700 miembros activos. Para la ICF, el Coaching “consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de Coaching, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida”. Para la ICF existen cuatro tipos de Coaching: el personal y el ejecutivo (que son individuales) y el de equipos y grupal.