Fecha: 19 de septiembre de 2022 – Actualizado: 6 de octubre de 2023
En el norte de Extremadura, bañada por el Río Alagón, se encuentra Coria, una ciudad por la que han pasado multitud de civilizaciones que ofrece, este otoño, mil y una posibilidades de ocio, culturales, festivas, gastronómicas y patrimoniales para vivir unos días de ensueño.
Textos: Evasión Diez y RV EDIPRESS. Fotos: RV EDIPRESS
Capital de la comarca de las Vegas del Alagón, es uno de esos rincones de nuestro país, y de Extremadura, que se alza con un gran patrimonio cultural y arquitectónico, pero que, sobre todo, tiene un embrujo especial que le convierte en un destino de deseo.
También la convierte en un municipio donde disfrutar intensamente de unos días de descanso, de un fin de semana intenso o de una escapada sorprendente en familia o para volver a enamorarte de esta estación otoñal.
Con un sorprendente Casco Antiguo (declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico en 1993) y una Catedral de esas en las que las piedras hablan y narran mil historias, recorrer esta localidad cacereña es adentrarse en un mundo de coquetos rincones, callejuelas, plazas, edificios sorprendentes y leyendas ancestrales que van a ir contando la esencia de un recorrido que se puede comenzar visitando sus Murallas, que se conservan casi en su totalidad, y su Castillo de los Duques de Alba, construido desde 1472, y declarado Bien de Interés Cultural en 1989.
Desde ahí se puede sentir su aroma, su luz, sus gentes, su identidad como pueblo, su tradición y su historia, su esencia y su vida… Se puede sentir Coria y acceder a su Casco Histórico llegando, en primer lugar, a la Plaza de España. Aquí el turista encontrará diversos monumentos como el Antiguo Ayuntamiento (que acoge la Escuela Municipal de Música), la Cárcel Real (que alberga el Museo de Historia, Arqueología y Etnografía de la Ciudad) o la Iglesia de Santiago Apóstol.
Embriagado de Otoño, de aromas, de historia, de personajes ilustres y de rincones, los visitantes pueden pasear por sus estrechas callejuelas en busca de un momento sublime, de una imagen fotografiada a lo largo de los años y que aún conserva toda su magia: la Catedral de Coria. Comenzó a construirse en 1498, se finalizó en 1748 y regala al viajero un conjunto de estilo gótico, con elementos platerescos y barrocos, entre los que destaca su espectacular campanario, el retablo mayor y una importante colección de pintura y escultura.
Pero, además, para el viajero ávido de conocimiento y sabiduría, de sorpresas y belleza, de alma y religión, en su interior, la Catedral sorprende abriendo las puertas de su Museo de Arte Sacro, donde está expuesta una de las reliquias más valoradas de la cristiandad: el Mantel de la Sagrada Cena del Señor, una pieza de lino que mide 4,2 metros de largo, por 92 centímetros de ancho, que data del siglo I, y que reúne a miles y miles de fieles, curiosos y visitantes entorno a una historia, la historia más importante que jamás se ha contado.
Pero Coria, este año, este otoño, es mucho más. Coria es arte y festividad, es ocio y gastronomía, es imaginación y talento, es tradición y luz, son personas y hospitalidad, es ese rincón del mundo donde parar, respirar profundamente, sentir, compartir, vivir y empezar a relatar una nueva historia, la de tu próxima escapada, que todos deseamos conocer.