REPORTAJE

Animales de asistencia y apoyo emocional

El relacionarse con animales aporta numerosos beneficios y, en muchos casos, se han convertido en un aspecto clave para determinadas terapias o como punto de apoyo esencial para las personas. 

En los últimos años, las mascotas o animales de compañía se han convertido en un apoyo emocional clave en determinados momentos, al ayudar a pacientes con depresión, ansiedad, estrés postraumático y autismo; o a personas con alguna discapacidad tanto mental como física.

Estos animales pueden ser de diferentes especies (como gatos, caballos, hámsteres, aves…), aunque quizá el más común sea el perro, especialmente aquellos que han sido entrenados para ello. 

Aunque algunos de los casos se nos vienen a la mente rápidamente (como los perros de la ONCE), hay otras terapias poco conocidas que giran entorno a un animal. Hacemos un repaso por algunas de ellas.

Perro de apoyo emocional – Pexels

Animales de asistencia

En primer lugar, hablaremos sobre los perros de asistencia, que son aquellos que han sido específicamente adiestrados para ayudar a personas con alguna discapacidad en su día a día. Cualquier persona con una condición física o psicológica que suponga un límite importante en su estilo de vida, puede adoptar un perro de asistencia.

En este apartado es posible que se recuerde a los perros de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), dado que son perros guía muy entrenados en centros específicos que dan una mayor independencia y seguridad a las personas ciegas o con discapacidad visual.

Suelen ser perros de raza Labrador Retriever, Golden Retriever y Cruce Labrador/Golden, porque tienen una personalidad amigable y obediente, y pasan por un duro entrenamiento desde cachorros hasta que se les empareja con una persona ciega o con discapacidad visual y se les enseña cómo trabajar juntos como un equipo.

Cabe destacar que estos animales también pueden desobedecer una orden de su dueño cuando su ejecución implique un peligro para su integridad física por una circunstancia de la que no se haya dado cuenta, como un vehículo que se aproxima en un cruce de calle.

Chica con un perro acariciándolo – Pexels

Animales de terapia

En segundo lugar, existen los perros de terapia, que son aquellos que participan en una terapia, funcionando como elemento de apoyo para esa persona. Están adiestrados para dar apoyo emocional y físico a personas con problemas emocionales o psicológicos y generalmente están vinculados a mejorar los sentimientos de autoestima y autoconfianza.

De hecho, en algunos casos, estos animales se utilizan como una forma de terapia complementaria para ayudar a las personas a superar problemas emocionales y de comportamiento. 

Se suele recurrir a ellos en hospitales; centros de rehabilitación; personas con enfermedades mentales como alzhéimer, trastornos como autismo y TDHA; y hogares de ancianos, y pueden ser de cualquier raza o tamaño, siempre que la personalidad y el entrenamiento permitan que se pueda utilizar para trabajar en ambientes psicosanitarios.

Perro de apoyo emocional – Pexels

Animales de terapia con niños

Un interesante ejemplo de programas con perros de apoyo se sitúa en la Comunidad de Madrid. Desde hace varios años se está llevando a cabo una llamativa iniciativa con la entidad DOGTOR ANIMAL, por la cual desarrolla un programa dirigido a menores entre los 2 y los 16 años, que es un servicio de perros de apoyo que acompaña al menor en su exploración judicial o toma de declaraciones.

Perros en los juzgados – Comunidad de Madrid

Este servicio funciona porque se ha comprobado que menores y adolescentes recurren a menudo a acariciar al perro cuando una conversación se vuelve estresante y colocan al perro sobre sus piernas o entre ellos y el entrevistador, para crear un escudo y así se sienten más seguros. También se ha demostrado que la presencia de un perro de apoyo en estas situaciones consigue testimonios que se ajustan mejor a la situación vivida por el menor.

Igualmente con niños, las Terapias Asistidas con Animales ayudan a los pequeños diagnosticados con Trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH a reducir sus síntomas y a relacionarse mejor con su entorno. Por ejemplo, el hecho de que se deba esperar para acariciar al perro o tirarle la pelota, ayuda al pequeño a controlar sus impulsos; reduce la falta de atención porque debe estar atento al terapeuta para realizar las tareas con el animal, que suele ser un perro; y mejora la autoestima del pequeño y el desarrollo de sus habilidades sociales.

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En el caso de niños diagnosticados con autismo o asperger, pasa algo parecido, dado que las Terapias Asistidas con Animales les ayudan a relacionarse con el exterior, a fortalecer su autoestima, a reducir su ansiedad y promover su empatía y a establecer vínculos sanos.

Asimismo, los perros de apoyo emocional también se utilizan en hospitales. Por ejemplo, la Fundación Aladina recuerda que los más pequeños que se encuentran ingresados por cáncer disfrutan muchísimo de la compañía, los juegos, el cariño de estos bonitos animales. Aunque colaboran en varios Hospitales, recientemente han comenzado a proporcionar terapias con perros a los niños en cuidados paliativos del Hospital Niño Jesús de Madrid, consiguiendo que estos pequeños disfruten del cariño y afecto de los peludos.

Fotos perros en los juzgados – Comunidad de Madrid

Animales de terapia con ancianos

La soledad también es uno de los grandes problemas que los perros pueden ayudar a sobrellevar. Y es que, muchas personas mayores que viven solas, encuentran muchos obstáculos para relacionarse con el exterior, y con estos animales se reduce el sentimiento de aislamiento y se mejora su calidad de vida.

Por ejemplo, en varios centros geriátricos, están llevándose a cabo Terapias Asistidas con Animales (TAA), que ayudan a los más mayores a mejorar su autoestima, motivación y estado de ánimo. Suelen tener actividades como paseos con los perros, juegos interactivos, cuidado y alimentación de los animales, y actividades de relajación como acariciar o cepillar a los perros y pueden proporcionar muchos beneficios para la salud física, emocional y psicológica de las personas mayores.

 Según explica Fundación Affinity, “el contacto físico con el perro, las caricias y abrazos que él recibe, y el vínculo emocional, que sesión tras sesión, se genera entre la gente mayor y los perros, ayuda a reducir sus niveles de estrés y la depresión”.

Pixabay, perro con una persona mayor

Por su parte, el concepto de animales de apoyo emocional también se refiere a aquellas mascotas que son consideradas imprescindibles para la salud mental y psicológica del dueño. No tienen que tener un adiestramiento específico y debe ser certificado de Apoyo Emocional por un profesional de la salud mental. En muchas ocasiones se utiliza este certificado para poder viajar con las mascotas, llevarlas a tiendas, hospitales… Y los más comunes suelen ser los perros. 

No obstante, los gatos también pueden ser animales de apoyo emocional y numerosos estudios han demostrado que la presencia de gatos puede reducir la ansiedad y el estrés en personas que sufren de trastornos de ansiedad y depresión. De hecho, el acariciarles o estar cerca de ellos puede llegar a tener el mismo efecto en humanos que el que se produce con un perro, liberando oxitocina. Lo mismo ocurre con los caballos, dado que esta acción de atusar al caballo, contribuye a relajar la musculatura humana. 

Niños educando a un perro, TDAH – Pexels

Animales de Educación Asistida

Este reportaje no puede finalizar sin hablar de la Educación Asistida con Animales. Y es que tras comprobar los numerosos beneficios que conlleva tener a mascotas cerca, otra de ellas reside en utilizar a estos animales para, según explica la escuela veterinaria Nubika, realizar programas de actividades pensados para llegar una mejora física, emocional, social, cognitiva o educativa en las personas.

“En la Educación Asistida con Animales pueden intervenir profesores y psicopedagogos. Están pensadas para enseñar al alumnado de un centro educativo mediante juegos o actividades en las que intervienen los animales entrenados. El fin es que se adquieran conceptos o habilidades curriculares de forma práctica y lúdica”, concluyen.

Niños con un perro – Pexels

En resumen, las terapias asistidas con animales suelen tener bastante éxito; se basan en combinar, según explican desde Psicólogos Princesas 81, disciplinas del mundo animal (etología, adiestramiento, psicología animal) con la psicología humana; y en muchas ocasiones están relacionadas con la oxitocina, una hormona que libera el hipotálamo en situaciones sociales agradables y estimula la producción de serotonina y dopamina; neurotransmisores relacionados con la motivación y el estado de ánimo, al mismo tiempo que disminuye el cortisol, la hormona del estrés.