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Júzcar, la aldea azul

En 2011 el pueblo se pintó de azul porque fue la sede mundial del estreno de “Los Pitufos”.

Textos: Evasión Diez. Fotografías: Turismo de Júzcar

Situado en Málaga, en el Valle del Genal, Júzcar, también conocido como el pueblo pitufo o la aldea azul, es un pequeño municipio asentado sobre una hondonada.

La localidad ahora es conocida por su llamativo color azul, pero fue el municipio que acogió la primera fábrica de hojalata de España en el siglo XVIII. Sin embargo, lo que le ha llevado a ser famosa en todo el mundo es haber sido el pueblo en el que se estrenó en 2011 la película “Los Pitufos”. 

Para ello, la agencia Bungalow25, que colaboraba con su lanzamiento, pensó que una buena estrategia sería pintar todas las fechadas de azul, y más tarde el pueblo decidió dejar de ese color las casas. 

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Principales edificios

El edificio más destacado en el municipio es la iglesia parroquial de Santa Catalina, obra del siglo XVI, que a lo largo de su historia ha experimentado transformaciones y diversas reformas.

Por otra parte, el Museo Micológico de Júzcar es una parada obligada para aquellos turistas que quieran iniciarse en el mundo de las setas o aumentar sus conocimientos sobre esta disciplina. En sus instalaciones se alberga un recinto expositivo, un punto de información turística y un centro cultural. 

El municipio está muy centrado en el turismo, por lo que se ofertan más de 20 puntos de interés en los que se podrá disfrutar de esta aldea azul. Además de un centro de información turística, el Ayuntamiento, las ruinas de la fábrica de hojalata y de la Iglesia parroquial de Santa Catalina, los visitantes pueden encontrar varios establecimientos en los que comprar regalos o comer. 

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Ruta de aventuras

Júzcar también apuesta por los deportes y por las rutas de aventuras, por lo que por todo el pueblo se encuentran zonas con actividades para los que se atrevan con tirolinas o rocódromos. Así, el inicio del itinerario de aventuras comienza en el Salto del Villano, que tiene una tirolina de 200 metros de longitud al 11% y un freno con Zip Stop.

Después, se continúa en otra tirolina, esta vez de 110 metros de longitud al 11%, que lleva hasta el bulder horizontal en pared, a los rocódromos -de diferentes dificultades-, y a un puente tibetano de unos 5 metros.

Por otra parte, el municipio también cuenta una ruta de grafitis, en los que el turista podrá ver los 14, que además tienen con una palabra escondida que mediante un código QR se puede ir descubriendo. 

Finalmente, en el municipio los más deportistas podrán hacer varias rutas de senderismo, que irán desde una dificultad media-baja hasta una alta, y disfrutarán de una oferta de turismo de aventura que dispone de barranquismo, puenting y trekking, entre otras.