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Llerena

Llerena, repleta de historia, cuenta con un repique de campanas que son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Textos: Evasión y RV Edipress. Fotos: RV Edipres

A los pies de la Sierra de San Miguel, en pleno Badajoz, se encuentra Llerena, una ciudad llena de arte, construcciones emblemáticas, parques y espacios naturales.

La ciudad, que posee la declaración de Área de Interés Artesanal otorgada por la Junta de Extremadura en 2018, tiene su origen en la Edad Media. Para muchos historiadores el comienzo de Llerena como núcleo urbano se produce en los alrededores de la Fuente Pellejera, pero no queda claro cuál fue la primera denominación.

En el Siglo XIII Llerena comienza a tener protagonismo, y para algunos estudiosos, esta localidad fue una pieza fundamental como plaza principal en la conquista cristiana de toda la zona. Poco a poco, Llerena se fue convirtiendo en la fuente principal del sustento de los pueblos y en el centro natural de la comarca y sus muros alojaron a los más importantes Maestres de la Orden de Santiago. 

La ciudad continuó creciendo y se construyeron hospitales y conventos; se instaló el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición; tuvo una gran actividad cultural… Desde entonces hasta la actualidad, ha vivido momentos complejos y duros, pero ha sabido recomponerse y convertirse en una de las ciudades extremeñas más relevantes.

Tradiciones en Llerena

Llerena también destaca por sus arraigadas tradiciones, entre las que podemos mencionar el repique de campanas, dado que actualmente conviven más de treinta modos diferentes de toque manual de campana. Esto se ha convertido en un lenguaje sonoro propio de la ciudad, que ha perdurado en el tiempo, y por el que la UNESCO se interesó, declarándolo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2022. 

Este municipio de la campiña sur cuenta con un grupo de campaneros que ponen en valor este maravilloso sonido que los visitantes pueden escuchar de la parroquia de Nuestra Señora de la Granada.

Parroquia Nuestra Señora de la Granada

En el corazón de la campiña sur, en el centro histórico de Llerena, se alza imponente la Parroquia Nuestra Señora de la Granada, fundada por el maestre de la Orden de Santiago, Garcí Fernández de Villagarcía, entre 1385 y 1387. Este templo se define por la combinación de diferentes estilos artísticos con elementos mudéjares, góticos, renacentistas, barrocos y rococós. 

Su fachada principal se divide en dos niveles y en un primer nivel de estilo barroco localizamos la puerta de acceso. En el tímpano de la entrada podremos ver un escudo que muestra una granada, aludiendo a la advocación del templo. El segundo nivel, de estilo mudéjar, está formado por dos cuerpos de galerías de arcos de medio punto enmarcados por alfiz sobre pilares octogonales. 

Fachada exterior Iglesia Nuestra Señora De La Granada

Desde esta imponente Parroquia, las campanas resuenan e invitan a los visitantes y lugareños a sumergirse en un momento único. El toque de este elemento fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en noviembre de 2022. 

  Valldemossa

La protección de este lenguaje por la UNESCO supone poner en valor y asegurar la continuidad de esta tradición común, compartida entre los diversos pueblos de España. Además, contribuye a proteger unos sistemas de comunicación, siempre únicos, al borde de la extinción por la falta de campaneros, figura fundamental para salvaguardar esta práctica ancestral.

Treinta modos diferentes de toque manual de campanas

Con ya se ha mencionado, en este momento existen en nuestro país treinta modos diferentes de toque manual de campanas, un lenguaje sonoro que se ha mantenido a lo largo de los siglos como un medio de comunicación. 

Con un amplio repertorio de formas y técnicas, tanto en el ámbito religioso como en el civil, los toques de campana han regulado multitud de aspectos de la vida festiva, ritual, laboral y cotidiana.

Llerena es una localización llena de paraje natural

Por su parte, a solamente 9 km de la ciudad que nace a los pies de la sierra de San Miguel, encontramos La Morolla. Este término extremeño de gran diversidad paisajística se convierte en un lugar único, en el que disfrutar del contacto con la naturaleza, conocer las especies que habitan la zona y descansar del bullicio de la ciudad.

Los montes de Sierra Morena, que lindan con esta zona, ofrecen espacios de bosques mediterráneos en los que encontrarás olivos, orégano, tomillo, romero y manzanilla, entre sus especies herbáceas, junto con ciervos, jabalíes, conejos, perdices y milanos, que conforman el ecosistema. 

Estos paisajes contrastan con la zona de estepas cerealistas que albergan trigo, girasoles y algunas vides, siendo el sustento de especies animales como sisones, grullas y avutardas. Esta disparidad presenta un lienzo inmensamente bello e interesante, digno de conocer.