Fecha: 1 de mayo de 2024 – Actualizado: 1 de mayo de 2024
En este artículo repasamos la apasionante historia de la creación de la Coca-Cola y cómo ha llegado a convertirse en el refresco por excelencia.
Textos: Evasión. Fotos: Pixabay, Pexels
¿Qué contestarías si te preguntásemos cuál es el producto más ampliamente distribuido del planeta? ¿O aquel que se puede adquirir en más de 200 países de todo el mundo? O incluso, ¿cuál es la palabra más universalmente conocida en la Tierra junto con la expresión americana «Okey»? ¿Y si siguiéramos dando pistas añadiendo palabras como refrescante, estimulante, sonrisa, o buen gusto? Para estas preguntas solo existe una única respuesta, o lo que es lo mismo, una única bebida: Coca-Cola.
Hay que remontarse casi dos siglos atrás para comprender cómo, por qué y quién fue el responsable de la creación de esta fórmula mágica. Su creador, John Pemberton, no sabía cuándo dio con la fórmula de la Coca-Cola lo que tenía entre manos, de ahí que en un principio pensara, a finales del XIX, que tendría mucho más éxito comercial presentarla como un remedio efectivo para el cerebro y los nervios del que se pudiera gritar a viva voz por las ciudades sus poderes de curación, que comercializarla como una simple bebida con gas. De esto podemos deducir que además de ser la bebida por excelencia en muchos países del mundo, también fue la primera bebida medicinal que se conoce.
Antes de Coca-Cola, John Pemberton ya tenía en el mercado diversos compuestos medicinales que le proporcionaban suculentos ingresos y le permitían seguir investigando y sacando al mercado remedios curativos.
A esto se dedicaba hasta que dio con Coca-Cola, que en un principio se vendía en bares donde no se servían bebidas alcohólicas, en boticas y farmacias de la época. Pasó el tiempo y se decidió implantar la Coca-Cola en el mercado no ya como un remedio curativo sino como lo que es hoy en día: una refrescante bebida con gas.
El diseño más famoso del mundo
Mucho se ha dicho y escrito sobre el diseño y el contorno de la famosa botella; sobre sus formas tan originales y sus trazos tan peculiares e incluso se especuló sobre si su línea estaba inspirada en una de las actrices más cotizadas de la época.
Ahora sabemos que nada de eso es cierto, pero lo verídico de las historias que se cuentan sobre el origen es que en la compañía fueron muy estrictos para poder conseguir una botella óptima que, además de cumplir su función, fuera reconocida inmediatamente. Esta idea se transmitió a varias vidrierías de la época y se les pidió que crearan varios prototipos con el fin de escoger uno definitivo.
En este contexto, en 1915 la empresa de vidrio Root Glass buscó en la Enciclopedia Británica ilustraciones de los ingredientes que contenía el refresco para inspirarse en diseño de la botella. Una ilustración del grano del cacao y su forma aflautada llamó inmediatamente la atención a uno de los diseñadores, que fabricó unas cuantas muestras con esta idea para enseñar a la compañía.
Aquí comienza lo que ha sido considerado el error más acertado de la historia, porque en ningún momento el cacao ha figurado entre los ingredientes de la fórmula original de Coca-Cola. El diseñador confundió la hoja de cacao con la hoja de coca, cometiendo así un error que dio con el diseño más famoso del mundo.
Mucho más que una sola bebida
La compañía ha sido pionera en otras facetas complementarias que fueron ideándose para facilitar la venta de sus productos. En la lista vemos cosas tan habituales actualmente como el pack de seis botellas, el dispensador automático de botellas, e incluso la nevera portátil.
Se creó un ecosistema que envolvía la marca y gracias a su desarrollo, tuvo un auge empresarial que ni siquiera el estallido de la Primera Guerra Mundial pudo parar. De hecho y como dato, en ese año se vendieron en Alemania casi 4.5 millones de botellas, funcionaron 45 fábricas y otras 9 estaban en construcción.
Mientras duró la guerra, los empresarios alemanes -y pensando quizá en posibles bloqueos económicos- decidieron crear una nueva bebida que posibilitara mantener en marcha todas las fábricas que tenía la compañía. Pensaron en un refresco afrutado, aprovechando los sobrantes de los sobrantes, endulzado con sacarina y variando la cantidad y calidad de frutas en función de las existencias. Todo ello, unido a unas grandes dosis de confianza, dio lugar a la bebida que hay conocemos como Fanta.
La nueva bebida se registró en Alemania y para ello se creó una botella distinta, vendiéndose lo suficiente como para mantener a las empresas activas durante el tiempo de guerra. En 1943 ya se vendían más de 3 millones de cajas, pero al final de la contienda las más de 40 embotelladoras fueron destruidas y el gobierno nazi obligó a la compañía a cambiar de nombre y de oficio para que nada recordara a los americanos.
Coca-Cola versus Pepsi
El origen de Pepsi es casi tan antiguo como el de Coca-Cola. En este caso hay que remontarse a finales del siglo XIX, cuando Caleb Bradham fabricó un tónico con pepsina -una enzima que ayudaba a la digestión de las proteínas-.
Al principio, y debido a las oscilaciones del mercado, el propietario decidió intentar vender su compañía a Coca-Cola, oferta que esta rehusó. Unos años más tarde, y con Pepsi al borde de la quiebra total, la empresa se ofreció por segunda vez a Coca-Cola, y por segunda vez la compañía se negó a adquirirla. Pasaron diez años más para la tercera y última oferta, a la que Coca-Cola volvió a decir que no.
Sería interesante saber que hubiera sido de Coca-Cola si hubiera comprado a tiempo a su hasta entonces tan débil competencia, pero actualmente, el desarrollo empresarial de cada una de ellas las ha convertido en dos de las empresas de mayor y más feroz rivalidad del mundo.
Volviendo a la historia, precisamente por el auge, consolidación y afianzamiento en el mercado de Pepsi, Coca-Cola se planteó -equívocamente- modificar «la vieja fórmula», lo que provocó que, durante los tres meses siguientes a la decisión, se recibieran cientos de miles de llamadas a través de las 800 líneas telefónicas que en ese momento tenía la marca y cientos de miles de cartas en las que los consumidores exigían, de manera categórica, volver a la vieja formula.
Ante esto, la compañía empezó a preocuparse porque la nueva bebida no gustaba y hasta las encuestas reflejaban que la imagen de Coca-Cola estaba en peligroso declive. Un tiempo después, anunció la vuelta a la vieja fórmula, ahora llamada Coca-Cola Classic. La noticia corrió como la pólvora y hasta se interrumpieron programaciones en las cadenas americanas de televisión para dar la noticia.
Sin embrago, todavía hoy los estudiosos analizan esta situación de la siguiente manera: ¿Fue un error o una perfecta estrategia de marketing? Si fue un error, tuvieron la suficiente habilidad para recomponer una situación que les hubiera costado el despido de más de 1.000.000 de personas en nómina y más de 8.000.000 que trabajaban indirectamente para la compañía. Y si fue marketing, sin duda fue una de las mejores operaciones que ninguna mente aventajada o agencia de renombre hayan realizado jamás.