Repasamos la historia de Danone, un sorprendente testimonio de innovación que surgió hace más de un siglo.
Fotos: Danone España. Textos: Evasión
Ya estás en casa. Se acabó el día por hoy. Ahora toca relajarse hasta mañana. Ya has cenado y buscas el postre. Abres la nevera y los ves. Allí… Donde siempre, en el estante de arriba, detrás de las latas, medio escondidos… pero los ves. Sin embargo, ahora comienza la duda. ¿Cuál elegir?: el desnatado, el natural, con frutas, mousse, el de crema, enriquecido, con sabor, natillas, flan, crema catalana, arroz con leche, cuajada… Difícil elección.
Muchas dudas que se disipan a la hora de elegir la marca del yogur, porque eso sí que lo tenemos claro. Elegimos la marca dominante del mercado, la que posee la gama más extensa de productos, la que también tiene elaboraciones en el sector de la alimentación, la de toda la vida, la clásica y tradicional, la de siempre: Danone.
Todo empezó en 1919 en Barcelona, cuando Isaac Carasso empezó a fabricar yogures. Isaac inició la compañía inspirado por los estudios del bacteriólogo Elie Metchnikoff. En estos trabajos, había sugerido que el consumo de yogurt fermentado podría contribuir a una vida más larga y saludable debido a sus probióticos.
Carasso fue pionero en la producción de yogurt utilizando cultivos de fermentación que garantizaban su calidad y beneficios para la salud: un enfoque muy innovador en ese momento.
Por eso, en aquel momento este producto, totalmente nuevo en España, se vendía en farmacias y boticas por ser considerado como «fuente de vida” y contar con el aval de la clase médica, que lo recomendaba por considerar que el consumo regular de la leche fermentada retrasaba el envejecimiento de las personas.
Pasó el tiempo y Carasso pensó que el producto ya estaba asentado en las farmacias y que había que darle, antes que nada, un nombre comercial. Lo primero que se le ocurrió fue lo que hizo, utilizar el patronímico del nombre de su hijo Daniel –Danon– al que añadió una vocal, convirtiéndolo en Danone.
Siguió pasando el tiempo y los yogures Danone comenzaron a ser comercializados en lecherías, granjas. y panaderías. El apoyo que recibió el producto por parte de la Infanta Isabel, hermana del entonces rey de España Alfonso XIll, sería decisivo para su popularización porque al introducir el yogur en Palacio, Danone se convirtió en el «proveedor oficial de la Casa Real».
La muerte del fundador de la empresa dio el relevo a su hijo Daniel, quien ya había comenzado a trabajar con su padre años antes, desarrollando el producto en algunos países europeos. Y es que, en 1929, el hijo de Isaac, llevó la empresa a Francia, estableciendo una planta en París y cambiando el enfoque hacia un producto de consumo masivo.
Además, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial el primogénito se exilió en Estados Unidos. Allí fundó Dannon Milk Products en 1942, adaptando el nombre para el mercado americano.
Expansión de Danone
Carasso hijo introdujo el Danone en toda España tras la Guerra Civil española, coincidiendo con los duros años de la posguerra. Lo hizo con la colaboración de Luis Portabella, quien años más tarde se convertiría en Presidente de la compañía.
Tras unos nada fáciles años de implantación, se consiguió ya en los 60 expandir la marca por todo el territorio nacional. Se aprovechó la política comercial de la compañía en todo referente a la diversificación de sus productos y estas fechas sacó al mercado varios productos clave. Destacaron los primeros yogures con aromas, los quesos frescos, flanes, natillas, y cuajadas.
Al mismo tiempo las instalaciones industriales de Danone en España también se iban modernizando. A partir de la fábrica artesanal que Isaac Carasso montó en Barcelona, la empresa expandiría sus fábricas por todo el país.
A lo largo de los años, Danone se ha expandido globalmente y diversificando su cartera. No solo ha incluido productos lácteos, sino también aguas embotelladas, nutrición infantil y médica.
Con productos vendidos en más de 120 países, Danone sigue siendo un líder en la industria alimenticia, promoviendo un impacto positivo tanto en las comunidades como en el medio ambiente.