Fecha: 8 de marzo de 2020 – Actualizado: 23 de mayo de 2023
Israel es un país de Oriente Medio bañado por el mar Mediterráneo. Es considerado “Tierra Santa” al albergar los lugares más sagrados del cristianismo, judaísmo y del Islam. Un territorio que ha estado en la encrucijada de la historia durante milenios, donde varias civilizaciones han dejado su huella. La majestuosa Jerusalén, la vitalidad de Tel Aviv, el esplendor del desierto, el verde de Galilea y sus lugares sagrados. La singularidad del mar Muerto, Eilat, la zona de vacaciones a orillas del Mar rojo y el colorido de la costa Mediterránea… revelan que Israel, es rico en tesoros y tradiciones de épocas pasadas, que combina lo remoto y lo reciente, y donde las opciones no parecen terminar nunca.
ISRAEL, una tierra de fascinante pasado en sintonía con el mundo actual
Por Nuria Araguás y A.B.S. Fotos cedidas por la Oficina de Turismo de Israel
Volamos desde Madrid al aeropuerto Ben Gurion, por su proximidad a la ciudad de Tel Aviv, la más grande de Israel, centro económico y financiero y, nuestro primer destino.
En el mismo aeropuerto alquilamos un vehículo, con el que nos moveríamos por el país. A pesar del poco afecto que le tienen sus vecinos, es un país que lucha por la seguridad de sus ciudadanos e implanta medidas en las zonas más frecuentadas. Nosotros, lo recorrimos sin problemas, si bien, siempre asesorados, nunca nos salimos de carreteras principales y, antes de emprender un itinerario, previamente lo programábamos. Con el GPS fue bastante sencillo alcanzar los distintos destinos.
Ben Gurion, también se encuentra a sólo 33 millas (54 km) de Jerusalén, con lo que resulta asimismo, fácilmente accesible.
Israel es un territorio pequeño, con un montón de enclaves interesantes que visitar, por lo que la lista se prepara a criterio personal. En cuanto a historia y arqueología, es un país óptimo por su pasado, que se remonta a miles de años, con testimonios reflejados en numerosos escritos y libros.
Si tu elección, fue un viaje de peregrinación, visitarás Jerusalén y Galilea, si eres un amante del buceo, encontrarás un paraíso en Eilat, y si te gustan las ciudades vibrantes de ocio y diversión, lo encontrarás en Tel Aviv. Lo mejor de todo, es que se puede combinar gracias a las cortas distancias.
La mejor época para viajar a Israel, es en primavera y otoño, cuando las temperaturas no son muy elevadas, y los precios, sobre todo en alojamiento, son más asequibles que en verano. En invierno, puede ser un buen momento para ir a la zona del Mar Muerto y a Eilat, situado al sur del país.
Recomendamos os dejéis llevar de la mano de Alan Harari, una de las personas que nos acompañó en alguno de estos recorridos. Habla español y podéis contactar, organizar tours a medida y encontrar información en www.laretztours.com.
TEL AVIV, “La ciudad que nunca duerme”
Tel Aviv es una ciudad joven, fundada en 1909, cosmopolita y liberal, famosa por sus playas, ambiente festivo, la arquitectura Bauhaus, su gastronomía, y la apertura a la comunidad LGTB. Se la conoce como “La Ciudad que Nunca Duerme”, sus calles son siempre bulliciosas de día y de noche. Cuenta con 13 Km de hermosas playas que disfrutamos durante los tres días que nos alojamos allí, en un hotel frente al mar.
Un largo y placentero paseo marítimo se extiende a lo largo de la costa entre el distrito hotelero y la parte sur de la ciudad. Zonas de ocio, ciclistas, corredores, vendedores, mimos, músicos… donde pasear y maravillarnos del bonito paisaje y del buen tiempo a orillas del Mediterráneo. Mirando al sur, podremos distinguir la Antigua Ciudad de Jaffa, una de las ciudades portuarias más antiguas del mundo. Una visita ineludible por su belleza e historia. Según una antigua leyenda, fue donde vivió Jafet, uno de los hijos de Noé, quien la construyó y le dio nombre (Jaffa), cuarenta años después del Diluvio Universal. Al ser parte de la ruta comercial que unía Egipto con Mesopotamia, y, puerta de entrada a “Tierra Santa”, por ella pasaron egipcios, fenicios, persas, romanos, bizantinos. Está situada sobre una pequeña colina, donde antiguos edificios de piedra conviven con locales de moda, junto a mezquitas, iglesias y sinagogas. Para llegar puedes recorrer el paseo marítimo que termina en el famoso puerto de Jaffa, el único puerto del mundo que lleva en activo más de 4.000 años. De noche, goza de un buen ambiente entre restaurantes y originales bares de copas. Atravesando un arco de piedra nos perdemos por el restaurado casco antiguo, entre estrechas calles y casas empedradas, llegando al Centro de Visitantes, donde nos hicimos con un mapa. Cerca de éste encontramos el primer punto de interés, la Casa de Simón el Curtidor. Según se relata en los Hechos de los Apóstoles, es el emplazamiento donde se hospedó San Pedro y fue en este tejado, donde tuvo la visión en la que Yahveh reveló que no se debe distinguir entre judíos y gentiles, al tiempo que suprimía algunas de las restricciones de comida “kosher” que seguían los judíos. Un laberinto de calles nos lleva a una amplia Plaza Central rodeada de tiendas y restaurantes. El edificio más distintivo, es la Iglesia de San Pedro, que actualmente pertenece a los frailes Franciscanos y acoge a peregrinos.
Caminamos hacia Hapisga Garden, un pequeño jardín que nos ofrece unas vistas impresionantes del litoral y de Tel Aviv. Cruzamos el Puente del Zodíaco, que según la leyenda local, quien toca su signo astrológico, puede pedir un deseo. Encontramos la Estatua de la Fe, un arco de grandes proporciones con escenas bíblicas. Contiguo, un anfiteatro ofrece conciertos musicales en las noches de verano. Algunas excavaciones aún sin termino, muestran restos de una fortaleza egipcia construida en el siglo XIII a.C. durante el reinado del faraón Ramsés II.
La calle Mazal Dagim nos lleva al Barrio de los Artistas, donde descubrimos interesantes galerías de arte y tiendas de artesanía en estrechos callejones. En el restaurante Saint George, ubicado en una hermosa casa de piedra, saboreamos platos a base de mariscos y pescado fresco, así como una degustación de platillos de ensalada con aromas muy dispares. Muy recomendable. https://saint-george.rol.co.il
Israel es rico en tesoros y tradiciones de épocas pasadas, que combina lo remoto y lo reciente
Bajando la colina, nos topamos con La Torre del Reloj, de origen otomano que data de 1906. Una zona bastante concurrida. La famosa panadería Abulafia, además de panes, ofrece deliciosas especialidades árabes. Por los alrededores, se extiende el Mercadillo de Jaffa, donde se puede encontrar de todo. Repleto de vida durante el día, de noche está envuelto en una atmosfera de encantadores restaurantes.
El Mercadillo abre todos los días menos los sábados. Es importante tener en cuenta que el shabat es el día de descanso para los judíos, y se celebra todas las semanas del año. Desde que se pone el sol el viernes, hasta la noche del sábado, es probable que mercados, tiendas, trasporte y otros servicios, no estén disponibles.
Por cierto, no puedes abandonar Jaffa sin probar el hummus, y la calidad de las naranjas en los puestos de venta de zumo.
Jerusalem.Via Dolorosa. Noam Chen. IMOT
Situado a los pies de la Antigua Ciudad de Jaffa, se halla Neve Tzedek, el primer barrio judío fuera de la antigua ciudad portuaria. Actualmente, un barrio bohemio con bonitos rincones, boutiques, galerías de arte, talleres de diseño, cafeterías y restaurantes, que emergen en históricas construcciones. Una zona de ocio, sobre todo de noche, muy pintoresca, donde, de nuevo, la diversión está asegurada.
Arquitectura Bauhaus
La zona céntrica de Tel Aviv, se la conoce como “Ciudad Blanca” en referencia al color de los 4000 edificios de estilo Bauhaus. Este tipo de arquitectura, la trajeron consigo los judíos que huyeron de Europa, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Fueron estos arquitectos, formados en la Bauhaus, los que diseñaron los edificios públicos y residenciales. Aparte de su presencia en Tel Aviv, se ha extendido a otras zonas del país y, está considerado mucho más que un estilo arquitectónico, constituyendo un símbolo de los orígenes de Israel. Nos resulta sorprendente, ver la presencia de una arquitectura tan europea en el corazón de Oriente Medio. Estas edificaciones han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Mercado del Carmel
Hallamos uno de esos lugares en que a través sonidos, colores, sabores y aromas, nos muestra la auténtica tradición hebrea: El Mercado del Carmel. Es, de nuevo, un lugar para dejarse llevar entre el bullicio de los vendedores y probar todo lo que se pueda. Los riquísimos zumos de granada y naranja, panecillos y dulces, frutos secos, quesos, aceitunas y las especias para todo tipo de platos. Ropa, flores, accesorios para el hogar, hay muchísima oferta y muchos detalles a los que prestar atención. En algunas calles, vendedores independientes exponen artesanías, arte y joyas. Por una de sus calles encontramos, el que comentan es de los mejores sitios para probar el hummus. Recomendamos sentaros en algunas de las mesas compartidas, a probar tan sabroso plato entre sus habituales. Eso sí, ha de ser con un refresco, ya que no sirven alcohol.
Nos encantó este mercado, que bien merece una visita.
Recordar que está abierto todos los días de la semana, excepto en shabat, (los sábados). El sábado para los judíos comienza el viernes al atardecer, se trabaja normalmente hasta las 14:00-15.30, por lo que casi todo, permanece cerrado el viernes por la tarde y el sábado.
Escapada a Caesarea, la ciudad de Herodes
En la costa mediterránea, se halla un pequeño enclave de gran valor arqueológico, El Parque Nacional de Caesarea, a 56Km de Tel Aviv. Originalmente, fue una antigua ciudad portuaria fundada el Rey Herodes el Grande en el año 22 a.C.
En Caesarea, Poncio Pilatos fue gobernador, San Pablo fue encarcelado y San Pedro ayudó a un centurión romano a descubrir su fe. Finalmente, Caesarea se perdió en el tiempo, y sus tesoros sepultados en el mar. Se ha convertido en el primer museo subacuático del mundo, por haber 36 puntos de interés en cuatro zonas del antiguo puerto que pueden ser explorados por buzos.
Este parque, ha sido restaurado recientemente, convirtiéndose en uno de los parajes arqueológicos más atractivos y fascinantes de Israel. Conserva ruinas romanas, bizantinas y de las cruzadas, alberga un acueducto romano y un anfiteatro que acoge conciertos durante los meses de verano.
Lo más espectacular, es el impresionante hipódromo construido junto al mar, y sobrecoge imaginar a 15,000 espectadores contemplando las carreras de cuádrigas que allí se celebraban. Sin duda, un sitio de hermosas playas, historia y asombrosas ruinas que continúan en constante descubrimiento. Dentro del Parque, encontramos cafés y restaurantes a la orilla del mar. El museo dispone de una excelente explicación multimedia de la historia de Caesarea.
La Playa del Acueducto, es una de las mejores playas de Israel, donde un antiguo acueducto se alinea sobre un arenal de dunas. Bajo sus arcos, familias y amigos disfrutan del picnic a la sombra. El paseo a orillas del mar es una maravilla. Sin automóvil la visita a este lugar es complicada. Alquilar uno y hacer un recorrido por la zona es lo más aconsejable. Se halla aproximadamente una hora en coche desde el centro de Tel Aviv.
Como opción, siempre podemos contratar un tour turístico, ya sea grupal o privado. Caesarea, es el lugar idóneo para recrearse con la puesta de sol.
JERUSALÉN, una concentración de culturas muy distintas
A unos 67 Km de Tel Aviv se halla Jerusalén, a la que llegamos tras una hora y media al Mamilla Hotel donde pasaríamos los 4 días siguientes. Este lujoso hotel, se encuentra en una ubicación privilegiada, con vistas a las murallas de la Ciudad Vieja, la Torre de David y la Puerta de Jaffa. Dispone de una magnífica terraza en la azotea, con bar y restaurante que aconsejamos, donde disfrutar del ambiente y panorámicas de este magnífico mirador. En los alrededores del hotel encontramos comercios, otros restaurantes, tiendas y lugares de ocio.
Jerusalén, fundada en el año 1004 a.C. por el rey David, es una de las ciudades más antiguas del mundo, y uno de los imprescindibles del país. Con 3000 años de historia, construida sobre varias colinas, ha sido siempre considerada foco de fe de las tres religiones principales de Occidente, el judaísmo, el cristianismo y el Islam. El casco antiguo, está rodeado de una enorme muralla con siete impresionantes puertas de acceso que permiten acceder a los cuatro barrios más importantes: El Barrio Musulmán, el Barrio Judío, el Barrio Cristiano y el Barrio Armenio.
Todos los edificios, incluso los más modernos, están revestidos de una piedra rústica especial que otorga a la ciudad un aspecto característico. Con sus enormes murallas y el laberinto de callejuelas, la Ciudad Antigua alberga los lugares mas sagrados de las tres religiones principales: el Muro Occidental, que es sagrado para los judíos, la Iglesia del Santo Sepulcro, sagrada para los cristianos y la Cúpula de la Roca en el Monte del Templo, para los musulmanes.
Comenzamos nuestra ruta en el Monte de los Olivos, que además de dejarnos una bonita panorámica de la ciudad, fue donde tuvieron lugar, según el Evangelio, muchos acontecimientos de la vida de Jesús. Toma su nombre, de los olivos que pueblan sus laderas. En su falda, se encuentran los Jardines de Getsemaní, donde Jesús se hospedó y desde donde ascendió al cielo.
En la vista destaca La Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa en la Explanada de las Mezquitas. Sin cambios esenciales durante más de trece siglos, la Cúpula de la Roca es uno de los tesoros arquitectónicos del mundo. Con una cúpula dorada, es un lugar de culto para el Islam, pues para los musulmanes, la roca que se encuentra en el centro de esta Cúpula, es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos. En honor a dicho episodio, Abd al-Malik, construyó el edificio entre los años 687 y 691.
Asimismo, los credos judío y cristiano afirman que aquí fue, donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac según los relatos del Génesis, y también donde se levantó la parte más sagrada del Templo de Jerusalén o Templo de Salomón (960 a. C), santuario principal del pueblo de Israel.
Destruido este Primer Templo (586 a. C), se construyó y remodeló por el Rey Herodes un Segundo Templo, del que solo quedan restos del muro de la explanada, no del templo en sí. De todas formas, es desde entonces, el sitio de referencia más sagrado para el judaísmo, el Muro de las Lamentaciones, visitado por millones de fieles, donde se ofrecen oraciones y notas con sinceros deseos que se acuñan entre las grietas.
Rodeando el Muro Occidental hay otros sitios importantes – los Túneles del Kotel, el increíble Centro Davidson, el Barrio Judío con su grandiosa Sinagoga del Cardo y la Ciudadela de David, que se eleva orgullosamente en todo su esplendor, origen de Jerusalén. En la Torre de David se encuentra un museo en donde se puede ver una parte de la historia de Jerusalén. Una mirada a los más de 4.000 años de historia que tiene esta capital israelí, desde sus comienzos como una ciudad cananea.
Jerusalén es también muy importante para el cristianismo, ya que Jesucristo vivió y murió en esta ciudad. Uno de los sitios más significativos en el barrio cristiano, es la Vía Dolorosa, donde Jesús dio sus últimos pasos hacia el monte, donde fue crucificado y enterrado. Muchos peregrinos vienen a Jerusalén a seguir sus pasos a lo largo de un recorrido que se inicia en el barrio musulmán pasando las 14 estaciones de la cruz, y que termina en la Iglesia del Santo Sepulcro. Varias de las reliquias cristianas más importantes del mundo están alojadas en esta iglesia, incluyendo la piedra de la unción (en el que el cuerpo de Jesús fue colocado antes de su entierro) y la Tumba de Jesús. La Iglesia del Santo Sepulcro es de igual manera un lugar de peregrinación para millones de cristianos de todo el mundo. Nuestra recomendación, es visitarlo por la tarde, ya que por la mañana esta muy concurrido y hay enormes colas. Sin embargo, a partir de las 6.30 pm es un sitio tranquilo que rebosa una emocionante espiritualidad.
De vuelta al hotel, paseando por las calles del casco antiguo al anochecer, se nos muestran solitarias y un poco misteriosas, quizá por la escasa luz o porque sin un mapa, nos perdimos entre sus inquietantes túneles y laberintos.
Al suroeste de la Ciudad Vieja se encuentra el Monte Zion, donde la Abadía de la Dormición fue construida en el lugar donde según la tradición cristiana María pasó su última noche. La abadía fue construida hace unos 100 años y en el sótano hay una estatua histórica de María. Al lado de la abadía esta la Sala de la Última Cena, donde Jesús celebró su última comida con sus discípulos, a un lado se puede visitar la tumba del Rey David, de gran importancia para el pueblo Judío.
El Museo del Holocausto o El Mercado de Mahane Yehuda son otros interesantes enclaves de esta singular ciudad.
ESCAPADA A BELÉN Y JERICÓ
Belén, situada a solo 9 kilómetros de Jerusalén, es una ciudad de Palestina en la que según la biblia, nació Jesús. El gobierno de Israel ha construido un muro y controles de acceso fronterizos. No se puede acceder en coche de alquiler, así que lo aparcamos en el control y una vez pasado a territorio Palestino, cogimos un taxi rumbo a la Basílica de la Natividad, uno de los templos cristianos más antiguos. La Basílica se halla construida sobre la cueva, más conocida como portal de Belén, que alberga el lugar exacto del nacimiento de Jesús. Se encuentra atestado de turistas y peregrinos para tocar la estrella de 14 puntas que marca la ubicación del portal de Belén. Muchas personas llevan amuletos que colocan unos segundos sobre ella. Es un lugar abarrotado y hay que armarse de paciencia entre tanta aglomeración. Hay que cubrirse la cabeza y no se puede entrar con pantalón corto, ni hombres ni mujeres.
Israel se considera “Tierra Santa” al albergar los lugares más sagrados del cristianismo, judaísmo y del Islam
La Basílica, es parte de un edificio religioso compartido por la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia apostólica armenia y la Iglesia católica con derechos menores para los Ortodoxos Sirios y coptos. El estilo arquitectónico es el Paleocristiano.
La ciudad de Belén, también es un importante lugar de peregrinación para los judíos, que veneran la tumba de Raquel situada a la entrada de la ciudad, además es el lugar de nacimiento y de coronación del rey David.
Otros lugares bíblicos de Belén son la Gruta de la Leche, que fue donde cayó una gota de leche de la Virgen María mientras amamantaba a Jesús y la capilla del Campo de los Pastores, donde un ángel se apareció a unos pastores para anunciarles la llegada del Mesías.
Recomendamos perderte por las callejuelas que salen de la popular Manger Square.
Jericó, es otra ciudad Palestina, situada sobre una colina en el margen occidental del valle del río Jordán. Se halla a 26 Km de Jerusalén. Se piensa que fue una de las primeras ciudades del mundo, puesto que los hallazgos arqueológicos demuestran que se edificó hace más de 10.000 años. A las afueras de la ciudad, hallamos el Monte de la Tentación, donde se puede visitar el Monasterio de Carantania, las grutas donde Jesús se aisló y ayunó 40 días y 40 noches y fue tentado por el diablo.
Erigido en la roca de la montaña, es un templo griego ortodoxo, que fue originariamente construido en el siglo XII. En la ladera del monte, hay algunas cuevas que en los primeros siglos del cristianismo, estuvieron habitadas por monjes y eremitas. A nuestra llegada, varios taxis nos ofrecen sus servicios para subir la impresionante elevación. Se puede acceder andando por un camino de tierra que serpentea por la ladera, o en teleférico. El recorrido en teleférico es sensacional si se carece de vértigo, ya que la altura es considerable. Ver de cerca este impresionante templo colgado en la pared rocosa es sobrecogedor. A la llegada, el restaurante “Sultán”, con una gran terraza de extraordinarias vistas de la ciudad, ofrece zumos naturales y otras especialidades árabes.
Tras unas empinadas escaleras accedemos al monasterio por túneles de roca que conducen a varias grutas. Bajo una pintura de Jesús, hallamos la roca sobre la que se indica que rezó en los 40 días de sacrificio en el desierto. Es un lugar con un encanto especial. Hay que confirmar que el Monasterio se encuentra abierto antes de emprender la subida, aunque solo las vistas ya merecen la pena.
Ver de cerca este impresionante templo colgado en la pared rocosa es sobrecogedor
Qasr al-Yahud, es un lugar de bautismo en el valle del río Jordán de Cisjordania. El río Jordán es el curso de agua más importante del país, que primero vierte sus aguas en el mar de Galilea y finalmente desemboca en el Mar Muerto. Juan el Bautista bautizó a Jesús en las inmediaciones de Jericó. Tradicionalmente, también se le considera el lugar por donde los israelitas cruzaron el río Jordán, y, donde tuvo lugar la ascensión al cielo del profeta Elías. Este tramo del río constituye la frontera entre Jordania e Israel. De una orilla a otra se ven otros turistas y peregrinos en la parte Jordana. Por supuesto está prohibido cruzarlo.
El agua está bastante turbia, varios grupos rezan y otros, dentro del agua con un sacerdote, reciben el bautismo tras una plegaria. Es otro lugar de peregrinación y un paraje espiritual.
A nuestra salida, tres chicas militares de no más de 20 a 23 años, con un arma que impresiona, vigilan el lugar. Charlamos con ellas. En Israel, existe el servicio militar obligatorio en las Fuerzas de Defensa de Israel, de tres años para los hombres, y dos para las mujeres, a partir de los 18 años. Las mujeres en las Fuerzas de Defensa de Israel son soldados que sirven al ejército de su país. Nos sorprende la madurez y responsabilidad de estas adolescentes. Después de pasar por la tienda de souvenirs para llevarnos algún recuerdo, regresamos a Jerusalén.
EL MAR MUERTO, es una región caracterizada por extremos. Los desiertos áridos, contrastan con oasis florecientes, gigantescas formaciones rocosas, vida silvestre, cascadas de agua, acantilados escarpados, santuarios de aves, aguas termales y sinuosos desfiladeros. En nuestro recorrido por este territorio, visitamos En Gedi, Masada y el Mar Muerto.
En Gedi
Masada, es otro de los Parques Nacionales con un rico patrimonio arqueológico. Se trata de una fortaleza, construida sobre un gran promontorio rocoso que se eleva a 400 metros sobre el nivel del Mar Muerto. En lo que en sus orígenes una fortificación, el rey Herodes El Grande, la transformó en una de sus residencias, convirtiéndola en un lugar inexpugnable. Después de su muerte, fue ocupado por una milicia romana. Al estallar la rebelión judía en 66 d.C., frente a los romanos, un grupo de rebeldes judíos se apoderó de la fortaleza. A lo largo de la guerra, Masada fue acogiendo a una multitud de judíos que huían de la destrucción que se extendía por todo el país. A comienzos del año 73 d.C., Flavio Silva se dispuso a enfrentarse con los rebeldes y recuperarla. Para el asedio, se construyó una muralla alrededor del promontorio, ocho campamentos y una rampa para alcanzar la cima, que les llevó 7 meses. Pero, cuando los romanos entraron por fin en Masada, tan solo encontraron 950 cadáveres. Decidieron suicidarse antes de caer frente al invasor y acabar en esclavitud. Masada es actualmente, un símbolo de coraje y libertad, de resistencia judía contra la opresión, que tiene 2000 años de antigüedad.
Independientemente del interesante valor histórico y arqueológico, es un lugar fascinante, con imponentes vistas al desierto y el Mar Muerto. Aunque se puede subir andando, recomendamos tomar el teleférico, ya que una vez arriba, todavía queda mucho por recorrer. Algunos turistas, suben en teleférico y realizan la bajada caminando. Hay que tener también en cuenta las altas temperaturas.
De nuevo, las vistas desde la cima al Mar Muerto y al desierto de Judea son extraordinarias.
El Mar Muerto, serenidad infinita
A cuatrocientos veinte metros por debajo del nivel del mar, y a un corto viaje en coche desde Jerusalén, el Mar Muerto, es el punto más bajo de la tierra, y es uno de los destinos turísticos más fascinantes. Con un clima árido y un aire rico en oxígeno, las maravillas del desierto y los abundantes minerales marinos de la región, ofrecen salud y belleza en un entorno de historia y aventura. Cuenta con modernos balnearios, tanto en los hoteles como en otras instituciones públicas o privadas, donde se ofrecen diversos tratamientos de barro, azufre, inhalación, masajes, gimnasios y piscinas interiores de agua salada.
Aunque hay playas públicas, es recomendable pagar el uso de las instalaciones de un hotel, sobre todo, por la comodidad de las duchas, baños y taquillas.
Nos bañamos en aguas, que al tener una salinidad nueve veces superior a otros mares, permiten disfrutar de la experiencia única de flotar en ellas. No son aguas frías y hay que meterse con sandalias, ya que el blanco fondo salino puede cortar. Es importante tener cuidado con los ojos, la protección solar y, si tenemos alguna herida, podrá escocer. Pero una vez dentro, podrás tumbarte boca arriba y deleitarte con su flotabilidad. Vemos gente dándose un tratamiento de barro a orillas del mar, otros leen dentro del agua (es la típica foto) o conversan, como si estuvieran sentados alrededor de una mesa. Es increíble, cuesta mantenerse en vertical, las piernas salen siempre a flote y el paisaje es idílico.
El mar Muerto, es además, un magnífico punto de partida para realizar excursiones por el desierto y otras actividades al aire libre. El desierto de Judea en sí, cuenta con una serie de antiguos e interesantes monasterios, senderos naturales, restos arqueológicos y beduinos hospitalarios que reciben a los visitantes en sus campamentos. En el extremo norte del mar Muerto, se encuentra Qumran, donde se descubrieron los Rollos del Mar Muerto. Una colección de 972 manuscritos que datan del año 250 a. C. al 66 d. C. Algunos de ellos, constituyen el testimonio más antiguo del texto bíblico hasta la fecha.
Nos quedamos con la sensación de que quedarse a dormir un día en este enclave tan peculiar, hubiera sido lo suyo. Regresamos a Jerusalén.
Después de una semana en Israel, llegamos al término de nuestro viaje, sin olvidarnos que nos queda mucho por ver, como la región de Galilea, que con una historia de 3000 años es conocida por los cristianos, por ser escenario del Nuevo Testamento. También es el área donde los pioneros de Israel establecieron algunos de los primeros asentamientos colectivos del país (Kibbutzim). Y actualmente, Galilea es un lugar de vacaciones que ofrece además, actividades acuáticas durante todo el año, balnearios, y parques nacionales, para los entusiastas de la naturaleza.
Igualmente, Eilat, en el mar Rojo, que nos muestra una faceta diferente combinando sol, playas de arena fina, aguas cristalinas y desértico paisaje. Los deportes acuáticos y subacuáticos, son entre otros, sus pasatiempos más activos. El panorama de sus fondos marinos atraen a buceadores de todo el mundo. Y es, punto de partida perfecto para viajes por el desierto.
Y, El Negev, otro remanso de turismo, tranquilo y menos conocido, que cuenta con numerosos lugares históricos, Patrimonio de la Humanidad.
Seguro que hay muchísimos más lugares que se nos escapan, pero indudablemente, lo vivido en este país siempre perdurará en mi memoria. Es muy probable que repitamos algún día.