Fecha: 26 de enero de 2018 – Actualizado: 11 de octubre de 2023
Lanzarote es terreno volcánico salpicado con pequeñas motas verdes de cactus y plantas de aloe vera, y rodeada de un profundo azul del temperamental océano Atlántico que contrasta con sus negras costas y sus paisajes de lava, creando un paisaje único, lunar y fascinante.
Tierra de agua y fuego
Por Nuria Araguás y María Machetti. Fotos: Evasión
La isla de Lanzarote, la más septentrional y oriental del archipiélago canario, esta atravesada con varias hileras con mas de 100 bocas de volcanes, casi todos apagados pero algunos de ellos con cierta actividad, como el que da calor, llamas y energía a las Montañas del Fuego.
Es la isla que más estremece a cualquier viajero por su paisaje lunar y la benignidad de su clima, sus 22º C de media anual hacen de la isla un punto de obligada cita para turistas en cualquier época o estación del año y para amantes o aficionados de los deportes al aire libre y acuáticos, no en vano se celebra en sus parajes una de las pruebas deportivas más exigentes del mundo, el Iron Man.
Boca de volcán en Timanfaya
Pero para el turista Lanzarote no se entiende sin la presencia de Cesar Manrique, un isleño de gran trascendencia internacional, genial escultor, arquitecto y decorador ecologista que ha creado paisajes de ensueño y espacios de desbordante belleza y fantasía en armonía y respeto con el medio ambiente, potenciándolo al máximo.
Sin embargo lo más grandioso que encontramos no es sólo esta excepcionalidad paisajística sino lo que esta raza esforzada de isleños, con paciencia e inteligencia, han sabido arrancar a la tierra. Soluciones originales para sacar fruto a una tierra calcinada, con una agricultura que alcanza el grado de artesanía y da en secano fantásticos melones, sandias, higos, tomates y cebollas. O el impresionante y bellísimo fenómeno de la Geria, sucesión de cráteres en miniatura y cuna de artesanales viñedos.
LANZAROTE RESERVA DE LA BIOSFERA
El particular modelo de desarrollo que ha experimentado la isla con crecimiento económico sostenido, una evidente protección y conservación de la naturaleza y medio ambiente le ha valido el reconocimiento y la declaración de Lanzarote como Reserva de la Biosfera el 7 de octubre de 1993 por parte de la UNESCO, siendo la confirmación definitiva a una larga y extensa labor de los isleños por mantener uno de sus rasgos mas definidos e identificativos, el respeto y la conservación de su entorno.
Características volcánicas de Timanfaya
TURISMO EN LA ISLA
La capital de la isla de Lanzarote es Arrecife, bordeada de una costa rocosa y agreste que limita con un mar de tranquilidad, riquísimo en especies marinas. Su paseo marítimo desde Costa Teguise hasta Puerto del Carmen, con Arrecife en el centro, permite circular a pie o en bicicleta entre estos dos epicentros turísticos y la capital, con acceso al puerto y al aeropuerto. Una vuelta en bici matinal y un buen baño en el mar para despertar son el comienzo ideal de las jornadas antes de partir a conocer los enclaves de la isla. Os recomendamos coger un coche de alquiler, tendréis mucha mas independencia para recorrer la isla.
En cuanto a donde alojarnos, el complejo vacacional La Concha Boutique Apartments esta ubicado en un lugar privilegiado en la misma playa de la Concha entre Arrecife y Playa Honda. La calidad de sus instalaciones lo convierten en un producto exclusivo. Los apartamentos son solo para adultos.
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Laguna de los Clicos o Lago Verde junto al pueblo El Golfo
FUNDACIÓN JORGE MANRIQUE
La entidad encargada de velar por la obra del artista lanzaroteño César Manrique acoge en el museo permanente del Taro de Tahíche, sede de la Fundación César Manrique (FCM) y antigua residencia del creador, las dos vertientes principales de actuación artística del conejero: sus pinturas y su obra de arte público.
La primera parada del museo expone la colección de arte contemporáneo de la FCM con obras pictóricas de Pedro González, Chirino o Gerardo Delgado y grabados de primeras espadas, y amigos de Manrique, del arte español como Picasso, Tàpies, Joan Miró o Chillida. De las muestras de arte contemporáneo propiedad de la Fundación pasamos a las salas de espacios y bocetos donde se presentan algunos de los trabajos previos de Manrique a la hora de intervenir en el espacio público. La antigua residencia de Manrique, sede de su Fundación, es un fiel reflejo del arte-naturaleza de César que impregna toda su obra pública: Los pasadizos de blanco impoluto jugando con la piedra natural, los majestuosos salones en las espectaculares burbujas volcánicas y el lago piscina del patio central.
Los Hervideros
El museo artístico se interrumpe momentáneamente con el paso a un nivel inferior, a las llamadas burbujas volcánicas naturales, residencia de Manrique. El visitante podrá recrearse en un vivo ejemplo del considerado arte-naturaleza con los salas creadas por el lanzaroteño a raíz de la estructura natural de la lava y su continuación en el jameo-piscina de uno de los jardines del edificio.
PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA. MONTAÑAS DE FUEGO
El parque nacional de Timanfaya, también llamado “Las Montañas del Fuego”, forma parte de una amplia zona afectada por las erupciones volcánicas acaecidas en Lanzarote que cambiaron drásticamente la morfología de la isla quedando prácticamente sepultada una cuarta parte de la misma bajo un grueso manto de lava y ceniza.
Estas excepcionales características volcánicas de Timanfaya conllevaron a su declaración como Parque Nacional en 1974. Es el único de la red española de Parques Nacionales de carácter geológico. En el Islote de Hilario podemos encontrar la huella artística de César Manrique en el restaurante “El Diablo”.Realizada en 1970, esta sólida edificación presenta una planta circular, con muros cortina acristalados que iluminan el interior y actúan a modo de mirador sobre el paisaje volcánico. Situado en lugares estratégicos de las Montañas del Fuego, podemos observar la figura de un diablo realizado en hierro oxidado. Este arquetípico símbolo de Timanfaya, creado por César Manrique, forma parte ya indisoluble de la propia naturaleza trágica y sublime del paisaje volcánico insular.
Playa de la Francesa con la montaña «amarilla» en La Graciosa
Ruta de los volcanes: En el interior del Parque Nacional existe un tramo de unos 14 kilómetros de longitud acondicionado para su visita. La extrema fragilidad del entorno hizo necesario crear un recorrido que fuese capaz de sintetizar la belleza y la magnitud del mismo. Todo esto con una intervención mínima. Se cubre en 30-35 minutos aproximadamente en obligado autobús.
Echadero de Camellos: El paseo a lomos de camellos sobre el volcán es, sin duda, una de las estampas más clásicas de Lanzarote y conjuga el exotismo del transporte con la espectacularidad del entorno.
JAMEOS DEL AGUA
Los Jameos del Agua se localizan en el interior del túnel volcánico producido por la erupción del Volcán de la Corona. Igual que la Cueva de los Verdes.
Playas de arena negra junto a El Golfo, pueblecito de restaurantes
Deben su nombre a la existencia de un lago interior que constituye una formación geológica singular. El túnel formado por la erupción del Volcán de la Corona es uno de los más largos del mundo con más de seis kilómetros de longitud. El desprendimiento parcial del techo de una sección de este túnel forma una estructura denominada “Jameo” (vocablo de origen aborigen). No es más que la abertura o boca del terreno que permite el acceso a las diferentes grutas.
Los Jameos del Agua conforman el primer Centro de Arte, Cultura y Turismo creado por César Manrique. Constituyen el reflejo de uno de sus pilares creativos: la armonía entre la naturaleza y la creación artística. En el exterior nos encontramos con una pequeña recepción integrada por muros de piedra, paredes blancas y restos de las cuadernas de un barco. Tras cruzar una pequeña puerta de entrada descendemos por una ingeniosa escalera de caracol de piedra volcánica y madera, lo que nos permite descubrir, poco a poco, desde la altura, el primer escenario interior: El “Jameo Chico”. Esta zona se ha aprovechado con la habilitación de un majestuoso restaurante.
En el interior del recinto descubrimos un lago natural de aguas insólitamente claras y transparentes. Este espacio, apenas intervenido, conserva la estructura con forma de bóveda de cañón propia del túnel volcánico. Este hábitat acuático subterráneo, de gran riqueza faunística, alberga más de una docena de especies endémicas de gran interés científico. Entre ellas destacan los célebres cangrejos ciegos (Munidopsis polymorpha), que puntean el fondo rocoso del lago. La oscuridad de la gruta provoca la carencia de pigmentación. Este raro espécimen, único en el mundo, de color blanquecino y de apenas un centímetro de longitud, sirve como símbolo de los Jameos del Agua.
Mimetizado con el entorno nos encontramos con una pasarela que permite cruzar el lago lateralmente y, tras ascender a través una pared ajardinada, acceder al “Jameo Grande”.El ingenioso tratamiento artístico de esta zona difiere del resto de lo visitado. Estamos ante un exuberante y exótico jardín donde florece una vegetación sorprendente de palmeras, cactus, crotos e higueras, que rodean una piscina blanca, de formas serpentinas y de aguas de un azul intenso. Si se prosigue nos encontramos con otra intervención singular. Un espectacular Auditorio, inaugurado en 1977, aprovechando el interior de una gruta volcánica.
MIRADOR DEL RIO
El Mirador del Río se encuentra situado en lo alto del Risco de Famara, a 475 metros de altitud, en la zona más septentrional de la isla desde donde podemos contemplar una de las vistas panorámicas más espectaculares de Lanzarote.Se trata de una las creaciones arquitectónicas más representativas de César Manrique donde plasma, en la sucesión de detalles artísticos y arquitectónicos, su entusiasta proyecto de integrar arte y naturaleza.
Se ubica entre dos accidentes geológicos especialmente significativos: de una parte, el impresionante Risco de Famara y, de otra, el Volcán de la Corona, hacia el cual se extienden los brazos de la gran plaza semicircular que da entrada a la edificación. El Risco de Famara es un extenso acantilado que se desarrolla longitudinalmente a lo largo de 22 kilómetros desde Punta Fariones, el extremo más al norte de la isla, hasta el Morro del Hueso, en las inmediaciones de Teguise. A largo de su orografía se alcanza el punto de mayor altitud de la isla, las Peñas del Chache, de 671 metros de altitud. El trazado vertical del Risco discurre casi en paralelo a la costa de La Graciosa, de la que la separa un estrecho brazo de mar, denominado El Río. De gran interés medioambiental, el Risco de Famara, La Graciosa y los islotes próximos a ella, incluidos los fondos marinos, forman una unidad declarada Parque natural del Archipiélago Chinijo.
LOS HERVIDEROS
Durante más de dos siglos, desde la erupción de Timanfaya, la brava costa del suroeste de la isla ha moldeado su rocosa geografía volcánica. El rápido enfriamiento de la lava al contacto con el agua, unido a la acción erosiva de las olas, creó un peculiar paisaje costero. Las cuevas submarinas y los recónditos recovecos morfológicos, junto a la bravura del mar, generan un espectáculo grandioso. Parece una sesión ininterrumpida de fuegos artificiales, donde el mar irrumpe con violencia y emerge por los aliviaderos de la costa volcánica. Conviene guiarse por el sentido común y el camino marcado, sobre todo si acudimos con niños.
Ruta de acceso a las playas de arena negra en Playa Quemada
ISLA DE LA GRACIOSA
La Graciosa es probablemente uno de los pocos lugares de Europa donde todavía no hay carreteras asfaltadas. Aunque el origen del nombre es desconocido, quizás se deba a los fascinantes colores de sus playas y montañas volcánicas y a como cambian desde que amanece hasta que desaparece la luz, pintando un paisaje diferente, que evoluciona desde distintos matices de rojo, amarillo a toda la gama de marrones y ocres. La única forma de llegar hasta La Graciosa es por mar y desde el puerto de Órzola, al norte de Lanzarote. Es una isla llana y cuenta con dos núcleos de población:
PEDRO BARBA: Es el segundo asentamiento humano que colonizó La Isla de La Graciosa hoy transformando en un exclusivo y privilegiado núcleo vacacional. Los fundadores de Pedro Barba llegaron en una segunda oleada de familias, que decidieron seguir el ejemplo de los habitantes de Caleta del Sebo. Desde los años treinta hasta los sesenta del siglo XX, esta pequeña aldea de casas bajas, de muros gruesos, de luz exuberante y de mar generoso se transformó en un lugar paraíso hacia donde se dirigió la emigración lanzaroteña.
CALETA DE SEBO: Un conjunto de casas blancas y calles de arena es la estampa que ofrece la capital de la Isla más oriental del Archipiélago Canario. La Graciosa está situada cerca de uno de los bancos de pesca más ricos del mundo, y ésta es la a principal fuente de ingresos de sus habitantes.
Cuenta con unas playas realmente increíbles, de arena dorada y aguas cristalinas, enmarcadas en un lugar idílico que nos hacen soñar con banderas piratas.
Playa de La Lambra, situada al noreste de la isla y es una de las menos frecuentadas. Su aspecto es salvaje y se siente la Naturaleza en estado puro, mezclándose las dunas de limpia arena con rocas negras en los márgenes de la playa. A escasos metros al norte están Los Arcos, un fenómeno natural de gran valor paisajístico en el que en el que la lava ha formado unos caprichosos arcos, bajo los cuales el mar rompe con fuerza. Se recomienda precaución para evitar caerse al mar.
Los Arcos en la Playa de la Lambra. Isla Graciosa
Playa de Las Conchas. Probablemente sea la más espectacular de todas. Se encuentra en el norte de la isla y su arena blanca se funde con el agua turquesa al ritmo de poderosas olas, mientras a sus espaldas el rojo vibrante de la Montaña Bermeja proporciona un sorprendente contraste Las corrientes y las olas son fuertes, y no es recomendable bañarse si no se sabe nadar bien.
Playa de La Cocina. Al oeste nos encontramos con Montaña Amarilla, que recibe este nombre debido al color amarillento de sus materiales calcáreos. A sus pies se extiende esta pequeña y tranquila cala, un lugar idílico con las mejores vistas del Risco de Famara. Puede haber pequeños desprendimientos. Playa de La Francesa. Muy cerca de Montaña Amarilla, una extensa playa de arena blanca y agua cristalina.
Playa de El Salado, muy cerca de Caleta del Sebo y desde su orilla vemos el Risco de Famara. Cuenta con algunos servicios y es el único lugar donde se puede acampar en una zona señalizada, tras solicitar el permiso correspondiente
Playa de La Laja. Es la playa del pueblo, justo al lado del puerto. Aquí es frecuente ver a familias disfrutando del buen clima y a marineros reparando sus barquillos o volviendo de pescar.
Servicios: barcos de línea regular de pasaje, taxi 4×4, papeleras, bares y restaurantes, supermercado, centro de buceo, kayaks, bicicletas, campings.
PLAYAS DE LANZAROTE
Un gran número de playas y pequeñas calas de arena clara y oscura forman rincones excelentes en los que nadar, relajarse y soñar al son de las olas.
Papagayo (Playa Blanca) rodeada de la violencia rústica del Monumento Natural de Los Ajaches su mar tranquilo y su playa lejos de multitudes la hacen preferida de los conocedores. El contraste de colores entre el mar azul, la arena blanca y la roca oscura regala una de las mejores postales de la isla.
Famara, una playa enorme ideal para los amantes del surf. Sus seis kilómetros de majestuosa playa aparecen cobijados por el risco montañoso que acoge el punto más alto de la isla, Peñas del Chache. El viento la hace la preferida de los deportes como el kite y el windsurf, pero los menos aventureros a veces peregrinan hasta aquí solo para comer el pescado fresco y las lapas del chiringuito. Siempre con papas arrugadas.
Playa de Famara
Las piscinas naturales de Los Charcones conforman un paraíso de relajación. Alejadas del bullicioso núcleo turístico de Playa Blanca y de sus playas algo masificadas, perderse en cualquier plato natural de mar resulta una poderosa carga de pilas. Guarecida en la despejada costa suroeste de la isla, Los Charcones se benefician de un clima más fresco debido a los vientos dominantes en la zona, que hacen más llevadero el peso del sol.
Playa Quemada. El Pozo. Conviene aprovechar esta zona de calas espectaculares, porque permanecen todavía al margen del conocimiento de las multitudes. Silencio sepulcral, arenas negras rodeadas de acantilados, todo se suma para configurar un remedio natural contra el estrés.
Las Malvas. Tinajo. De arena negra y pequeña, tiene algo de enigmático, derivado del origen volcánico de su costa.
La Garita (Arrieta)
Tal y como atestiguan con orgullo los lanzaroteños, los centros turísticos del norte de la isla, Jameos del Agua, Mirador del Río y Cueva de los Verdes, bien podrían estar entre los mejores lugares a visitar no ya de Canarias, sino del mundo. Como complemento a esos puntos de obligado recorrido, aparece esta playa acariciada por el viento alisio que llega con humedad del norte. Tiene servicios de ducha y vestuarios, además de terrazas para comer o despedir los últimos rayos del sol.
GASTRONOMÍA EN
LANZAROTE
En la isla no hay una cocina muy elaborada, principalmente porque los restaurantes atienden a un público muy heterogéneo procedente de diversos países. No obstante, la cocina tradicional de la isla se consigue degustar en locales familiares fuera del circuito turístico: el potaje canario, la ropa vieja de pescado, los pescados a la plancha (bocinegro y cherne, entre otros), las papas con mojo, el gofio, los quesos de la tierra, los guisos de cabrito y conejo y el bienmesabe (postre tradicional elaborado con almendras, bizcochos, huevo, azúcar y limón) son algunas de las especialidades de la isla que no hay que perderse. Respecto a los vinos, existen buenos vinos en esta zona que se cultivan con esmero para conseguir hacer brotar la uva en un terreno donde apenas llueve, lo cual confiere a los caldos de la zona sabores especialmente potentes, que se manifiestan en los excelentes malvasías y potentes moscateles dulces, sin duda excelentes recuerdos para llevar a casa a nuestro regreso.
DÓNDE COMER (RECOMENDACIONES)
El Bodegón Los Conejeros es uno de los rincones de tapas más afianzados de Arrecife. El local mantiene una decoración antigua, con un mobiliario algo desvencijado, e incorpora múltiples detalles del mundo agrícola lanzaroteño en el salón principal.
El restaurante Amanecer es el sitio idóneo para comer pescadito fresco. Abae, mero, cherne, bocinegro o sama. Le recomendamos que deguste la pieza de pescado a pie de mar con vistas al muelle de Arrieta y un atractivo horizonte marino.
En Caleta de Famara, a la orilla del mar, el Restaurante Sol ofrece desde su terraza una maravillosa vista del pueblo marinero. Aquí podrás degustar parrilladas de pescados y mariscos frescos en todas sus variedades, arroz y delicias locales. Entrantes variados, papas arrugadas con mojo, quesos frescos, ensaladas, morena frita, sopas, lapas entre otras.
Una gastronomía típicamente marinera y acompañada de vinos locales
Restaurante Lagomar (Nazaret) Este rincón gastronómico único se halla integrado en las paredes rocosas de una antigua cantera situada en el interior de un volcán en. Si añadimos, además, una correcta cocina de estilo mediterráneo e internacional con toques canarios, la experiencia se enriquece.La carta apuesta por productos frescos de temporada. Sabrosos entrantes acompañarán a los pescados y carnes que ofrece Lagomar.
Casa Tere ofrece una cocina de productos frescos, raciones abundantes y precios asequibles. Uno de los mejores rincones de Playa Honda, a un paso del mar, donde almorzar o cenar.
Cofradía de San Ginés. Ubicada en el Puerto de Naos, en la capital, este humilde local nos permite degustar pescado del día con papas en el propio puerto por 15 euros. Dispone también de queso local frito o ropa vieja de pescado.
El Golfo, un pueblo de restaurantes a la orilla del Atlántico y cerca de los Hervideros, se ha hecho famoso por la calidad de sus pescados.
Playa de las Conchas en La Graciosa
Y para después de comer o cenar en cualquiera de los restaurantes os recomendamos un digestivo típico de la isla, el barraquito, se trata de una bebida de café, leche condensada, leche natural, canela, limón y un chorrito de Licor 43 o Tía María que se suele servir en un vaso mediano, dulce y fuerte a la vez.
Agradecimientos:
A Ezequiel Navío por sus acertados asesoramientos.